Squoosh, tu herramienta de optimización de imágenes
¿Recuerdas aquellos tiempos cuando tenías que descargar programas de dudosa procedencia para optimizar imágenes y hacer que tu web no tardara diez minutos en abrirse?
Pues esos tiempos son historia. Por si no lo sabías, Google dispone de una aplicación que se ejecuta en el navegador llamada Squoosh, y por si te lo estás preguntando, sí, está disponible en dispositivos móviles y también tiene una aplicación para escritorio (muy cómoda si trabajas con contenidos a diario).
Con solo arrastrar la imagen que queremos comprimir y seleccionar un par de ajustes, podremos descargarla sin coste. Google asegura que su objetivo es enseñar de lo que son capaces sus nuevas tecnologías de procesamiento de imágenes y no está interesado en competir con otros compresores de imágenes en línea.
Funcionamiento de Squoosh
Lo que más llama la atención de la aplicación de Squoosh es su interfaz. La imagen escogida ocupa toda la pantalla, y podemos deslizar una pestaña de un lado a otro para ver la diferencia de compresión de calidad de la original (izquierda) a la que comprime la aplicación (derecha). Te puedo adelantar que en la mayoría de las ocasiones no se percibe prácticamente ninguna pérdida.
Podemos convertir a seis formatos: AVIF, Browser PNG, JPG, MozJPG, OxiPNG, y WebP, y tenemos disponibles dos más en fase beta: WebP2 y JPEG XL.
En los ajustes avanzados encontramos otras opciones como reducir la paleta de colores, la calidad alfa, el ruido espacial o los pases. Así como un filtro de suavizado, que hace que aunque se reduzca el peso de la imagen en más de 10 veces se siga viendo prácticamente igual que la original.
Compresor de imágenes online y offline
Una de las curiosidades de Squoosh es que no requiere estar conectado a internet para procesar nuestras imágenes, ya que toda la compresión la realiza el hardware de nuestro equipo. Solo necesitamos internet para acceder a la página pero una vez en ella podemos utilizarla sin él.
Esto no será necesario si utilizamos Squoosh en su versión de escritorio, pero a día de hoy y trabajando con contenidos ¿Quién no tiene una conexión de internet?
De esta manera, podemos estar seguros de que nuestras imágenes privadas no viajan por la nube sin ningún control como sucede en otras páginas web. Es posible que en equipos de bajo rendimiento (como móviles antiguos) la velocidad de compresión no sea muy alta, pero el resultado es igualmente bueno.
Cómo usar Squoosh
El funcionamiento de Squoosh es muy sencillo
- Arrastra una imagen a la web o presiona Control+V si la imagen la tienes en el portapapeles.
- Reajusta las medidas de la imagen. Si quieres mantenerlas, omite este paso.
- Selecciona el método de compresión.
- Si necesitas más compresión, prueba con los otros ajustes, como reducir la paleta de colores o bajar la calidad de la imagen.
- Descarga tu imagen al ordenador.
En definitiva, es una muy buen opción cuando no tenemos otras herramientas más profesionales, y aun teniéndolas, el resultado de algunas queda por debajo. Puede que Google ya esté trabajando en nuevas funciones para Squoosh y que nos encontremos ante un concepto prometedor.
Con la innovación del gigante de Montain View es posible que no tardemos en ver motores de optimización de imágenes sin pérdida. Si quieres utilizar esta aplicación totalmente gratis puedes hacer click aquí.
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